Para empezar, me gustaría que mientras leen esta columna escuchen “It Had To Be You” de Frank Sinatra..ahora si comencemos.
Si yo hubiera sido Sally, o Katheline Kelly o Anne, no se si hubiera tenido tanta paciencia como para enamorarme de mi peor enemigo o pasar horas frente a un computador escribiéndole a NY159 por meses o enamorarme profundamente de un hombre que está al otro lado de la radio.
Siempre me he preguntado qué sería de nuestras vidas amorosas si nunca hubiéramos visto “Tienes un email”, “Sintonía de amor” o “Cuando Harry conoce a Sally”. O es más ¿qué hubiera pasado si nunca hubiera existido el email o si Anne nunca hubiera sintonizado la radio para escuchar a Sam o si nunca Harry hubiera conocido a Sally?
Pongámonos en ese catastrófico caso:
Tienes un e-mail: Si nunca hubiera existido el email, el parque Riverside no sería tan famoso jajaajja…ok, hablando en serio, Joe Fox de todas maneras hubiera conocido a Katheline Kelly, su tienda de libros estaba en frente de la “Tienda de la esquina”, iban al mismo Starbucks todas las mañanas, concurrían a las mismas juntas sociales de amantes de la literatura y el “Bussines” de las librerías, por ende de todas maneras se hubieran conocido, a pesar de que Nueva York es un laberinto fortuito para los corazones latentes en búsqueda del amor. Sin embargo, ese romántico condimento del “email” hace que la idea del amor intangible se haga realidad, esa idílica idea de que el amor de tu vida, sin importar como se vea, es el hombre que siempre soñaste y que por mera casualidad te lo podrías topar todos los días, a cada segundo sin saber que es “él” el que todos los días te mueve hasta la más mínima parte de tu cuerpo al llegar la noche, cuando llegas a casa, abres tu computadora y escuchas el estremecedor sonido que te dice “Tienes un email”. Por eso, le damos gracias a Nora Eprhon por esta loca y remota posibilidad de creer en el amor…o no?.
Sintonía de Amor: En el caso de Anne y Sam, en Sintonía de Amor, la extraña idea de enamorarse de alguien solo por escucharlo por la radio hace pensar que Nora definitivamente había consumido algún tipo de estupefaciente luego de una rotunda y dolorosa decepción amorosa cuando escribió esta película. Pese a esa loca idea “on drugs” pienso en algo más descabellado…Si tan sólo por un segundo, sólo un segundo Anne no hubiera escuchado a Sam por la Radio ¿Qué hubiese pasado con esta clásica historia de amor de los 90´s?…Yo tengo la respuesta. Anne era Periodista (maldita sea, todas son periodistas) por lo tanto, la noticia de que un viudo enternecido por el deseo de navidad de su hijo de 8 años de tener una nueva mamá de todas maneras hubiera llegado a los oídos de Anne, se hubiera enternecido y se hubiese empeñado en investigar sobre el caso. Por otro lado ¿qué hubiera pasado si la frase “Magia” nunca hubiera pasado? ¿qué hubiera pasado con ese toque de “Magia” que sintió Anne al escuchar a Sam esa noche fría de invierno, en donde Anne acababa de entender que el hombre que ella creía era el indicado, no le causaba tanta magia como ese misteriosos hombre que en 5 minutos contó su historia de amor con su esposa fallecida y caló profundo en el corazón de Anne? Hubiera sido catastrófico. Además la idea de encontrarse la noche del 14 de febrero en la azotea del Empire State, ha sido una inspiración (silenciosa) de absolutamente todas las mujeres. Por eso gracias Nora Eprhon por hacernos creer que eso llamado magia o click al tocar a otro aun existe…o no?
Cuando Harry conoce a Sally: Por último y creo que es lo más apocalíptico de la idea de la inexistencia de estas historias de amor, es la idea de que Harry jamás hubiera conocido a Sally. En este caso, digo con seguridad “Era imposible”. Pensemos, Harry y Sally se encuentran en docenas de ocasiones en contra de la voluntad del destino, creo que son las únicas personas que pueden decir “jajajaj destino te paseo”, ahora, lo maravilloso de esta película es que el amor a primera vista importa realmente un carajo y que la idea de que esa persona especial se haga especial con el tiempo se hace tan real como la vulnerabilidad que tiene Nueva York con los corazones soñadores que aún creen que la ciudad del mundo sigue siendo la ciudad de la real posibilidad de encontrar el amor en plena 5ta avenida. Finalmente es esta película la que tiene la mejor confesión de amor de la historia del cine “He venido aquí esta noche porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida empiece cuanto antes” definitivamente con esta frase le agradecemos nuevamente a Nora Eprhon por darnos un shot de amor sin barreras. O no?
Y porque termino con un “o no” en todos los párrafos, porque si ninguna de estas historias existiera tal vez el amor sería menos complicado, tal vez la idea del amor la tendríamos menos idealizada y la búsqueda se haría más sencilla. Sin embargo. Aunque no seamos Anne, ni Katheline, ni Sally, ni tengamos un Nueva York a la vuelta de la esquina, creo q la existencia de estas historias hacen que nos exijamos de una vez por todas una “real historia de amor” y no nos conformemos con besos de una noche o con caricias que nacen agónicas, creo que la existencia de estos relatos idílicos hacen que cualquier ciudad se transforme en Nueva York y puedan ser el escenario de una romántica historia de amor. Por eso creo que no hay que responsabilizar a Nora Ephron y Nueva York, al contrario, les agradecemos por regalarnos la loca y querida idea de que el amor está a un email, a una sintonización de radio o a la merced del intrépido y sorprendente destino, que siempre nos dará un amor de cine.